Compartimos estas palabras del Santo Padre, valiosas para nuestra vida ordinaria contemplativa y activa, enraizadas en el bautismo, en «la calle» como todos los laicos, con la personal y peculiar contribución de nuestra secularidad consagrada:
«Sois una presencia insustituible en la gran comunidad en camino que es la Iglesia. Viene a la mente la imagen de Jesús recorriendo los caminos de Galilea, Samaria y Judea: con Él están sus discípulos, y entre ellos muchas mujeres; de algunas conocemos incluso el nombre (cf. Lc 8,1-3). Me gustó la expresión: “Vuelvo a la calle”: es hermoso, con la gente. Me gusta pensar que vosotras, las mujeres consagradas, sois una prolongación de esa presencia femenina que caminaba con Jesús y con los Doce, compartiendo la misión y aportando su contribución peculiar.»
[…]«¿De qué manera específica participáis en este camino? ¿Cuál es vuestra aportación original? Os dejo con estas preguntas, que naturalmente no tienen respuestas prefabricadas. Y las respuestas que no están preconfeccionadas son las mejores.»
[…]«Mientras tanto, aquí tenemos de nuevo la presencia de dos mujeres, Marta y María, con sus nombres y sus rostros. Dos discípulas que tuvieron un lugar muy importante en la vida de Jesús y de los Doce, como podemos ver en los Evangelios. Esto confirma que, ante todo, como mujeres y como bautizadas, es decir, discípulas de Jesús, sois una presencia viva en la Iglesia, que participa en la comunión y en la misión. Nunca debemos olvidar lo que está en la raíz: el bautismo. Porque aquí está la raíz de todo.»
[…]«Solicitud” y “escucha”: Estoy seguro de que si realmente lográis vivir la solicitud y la escucha, siguiendo el ejemplo de las santas hermanas Marta y María de Betania, seguiréis aportando vuestra valiosa contribución al camino de toda la Iglesia. En particular, la solicitud por los pobres y la escucha de los pobres. Aquí sois maestras. Sois maestras no con las palabras, sino con los hechos […]. Esto edifica a la Iglesia, la hace caminar por el camino de Cristo, que es el camino de la caridad. He dicho que el vuestro es un testimonio de estar cerca de los últimos, con ternura y compasión. El estilo de Dios es éste: cercanía, ternura y compasión. Dios siempre hace así. En la medida en que hagamos lo mismo, nos pareceremos más a ser pastores como Dios. No lo olvidéis: siempre cercanía, siempre compasión y siempre ternura.»
Extracto del discurso del Santo Padre a las capitulares de las Hermanas de la Caridad de Santa Juana Antida
11 de octubre de 2021