«La creación, expectante, está aguardando la manifestación de los hijos de Dios» (Rm 8,19).
El Papa quiere que consideremos esta verdad de nuestra fe durante esta Cuaresma.
El pecado tiene un inmenso poder destructor: destruye la vida, la belleza del mundo, rompe y desfigura la dignidad del hombre, mata el amor… El pecado autodestruye al hombre y siembra de oscuridad y muerte el mundo bueno salido de las manos del Creador.
Pero el amor de Dios es más fuerte que el pecado y que la muerte. Jesucristo ha muerto en la cruz y ha resucitado para hacer nuevas todas las cosas. La Redención es una obra de Dios mayor que la misma Creación del mundo.
Esta nueva creación comienza en nuestro interior: Ha creado para nosotros un corazón nuevo. El nuevo corazón del hombre salvado por Jesucristo regenera el mundo, reconstruye con el perdón la paz perdida, convierte el trato entre los hombres en relaciones fraternas, devuelve a la creación su armonía y belleza original.
Este es el mundo que Dios tanto ha amado… La creación entera está esperando la manifestación de los hijos de Dios.
«CONVERTIRos y creed en el Evangelio»
-Convierte tu limosna…
*en tiempo para los demás
*en sonreír al que tienes cerca
*en saber escuchar
-Convierte tu ayuno…
*en intentar no poner siempre tu «yo» primero
*en reconocer tus errores
*en saber pedir perdón
-Convierte tu oración…
*en abandono en manos del Padre
*en encuentro de amistad con Jesús
*en retomar fuerzas del Espíritu
Convierte tu Cuaresma en días de amar para esperar la Gloria del Amor.
[youtube]H5NVp1Q5xBY[/youtube]