Muchos hombres y mujeres apuestan todo por Dios, entregándose a Él en pobreza, castidad y obediencia. Son los consagrados: los religiosos y los miembros de los institutos seculares.
El miembro de un Instituto Secular consagra su vida a Dios, no como un religioso, sino que conserva su condición laical, en lo que se conoce como secularidad consagrada.
Son laicos que viven en medio del mundo – en su trabajo, familias… – pero con total entrega a Dios. Es una vocación fascinante, puesto que colaboran con la extensión del Reino de Dios desde dentro del mundo, uniendo así la pasión por Dios y la pasión por el mundo.
Completamente laicos, completamente consagrados. Los miembros de los institutos seculares hacen presentes en el mundo el amor de Dios Padre.
«Vende todo lo que tienes y tendrás un tesoro en el Cielo. Luego, ven y sígueme»
(2 de febrero de 2019, Jornada de la Vida Consagrada)
1 comentario. Dejar nuevo
Esta genial el post. Un cordial saludo.
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